sábado, 28 de agosto de 2010

Puerto de Buenos Aires



El puerto de Buenos Aires es el principal puerto de la Argentina, operado por la Administración General de Puertos Sociedad del Estado. Es uno de los principales puertos marítimos para las cargas procedentes del interior del país.
El puerto actual se construyó a partir de finales del siglo XIX (Puerto Madero y Dock Sud), y se amplió durante la primera mitad del XX (Puerto Nuevo). Hoy mueve unas 8.710.000 toneladas anuales de carga, aunque el tráfico de pasajeros —fundamental durante la época de oro de la inmigración en Argentina— ha desaparecido casi por completo, con excepción de las líneas de corto recorrido hacia las ciudades uruguayas de Colonia del Sacramento y Montevideo.
[editar] Historia
Antes de construirse la actual infraestructura, Buenos Aires contaba sólo con un fondeadero o embarcadero de poca profundidad frente al llamado bajo, un terreno anegadizo y de difícil tránsito ubicado entre la barranca sobre la cual se levantaba la ciudad y la costa, a partir aproximadamente de la línea demarcada hoy por las avenidas Leandro N. Alem y Paseo Colón. Los barcos mercantes fondeaban a varias millas de distancia de la costa, desde donde carga y pasajeros transbordaban a embarcaciones de poco calado que los aproximasen a la orilla. La constante descarga de material aluvional procedente del río Matanza impedía la apertura de un canal profundo para facilitar la tarea.
Durante la mayor parte del siglo XIX, el fondeadero natural de las Balizas Interiores ejerció como principal destino para el tránsito portuario. En 1872 se simplificó el trabajo de desembarco con la construcción de un largo muelle —llamado de las Catalinas por ubicarse frente a la iglesia y convento de Santa Catalina de Siena—, que penetraba varios cientos de metros en el río para facilitar el arribo de las embarcaciones más pequeñas. Serviría durante dos décadas, hasta que el plan del ingeniero Eduardo Madero para la refacción del puerto reestructurasen completamente su aspecto y funcionamiento.
En 1868 la Ley Nº 280 del Congreso de la Nación Argentina había ordenado la realización de estudios técnicos para determinar el punto más apto para la erección de un puerto moderno. La proximidad a la ciudad era deseable, sobre todo para mantener el control fiscal de la mercadería de importación y exportación. En 1871 el Poder Ejecutivo Nacional comenzó a negociar con las autoridades bonaerenses el traspaso de las tierras fiscales necesarias, puesto que estas pertenecían al gobierno provincial; el acuerdo sellado a fines de 1871 disponía que el gobierno federal estaría a cargo de la dirección de las obras, aunque las disputas jurisdiccionales continuaron. No sería hasta la federalización de Buenos Aires que se resolvería el diferendo, pasando todo el territorio de la ciudad a manos federales. Con la resolución del conflicto el gobierno de la Nación dispuso la realización de los estudios necesarios, autorizó los empréstitos y contrató ingenieros para llevar adelante el proyecto.
Entre 1884 y 1897 las obras, definidas finalmente por la Ley Nº 1.257 de octubre de 1822, se llevaron a cabo bajo la dirección de Eduardo Madero. La primera dársena fue finalizada en 1888, e inaugurada el 28 de enero de 1889 por el entonces vicepresidente Carlos Pellegrini, que afirmó en esa ocasión
Creo, en verdad, que de todas las obras públicas que puede haber realizado o realizará el esfuerzo nacional, ninguna más grande y más trascendente que ésta, pues importa no sólo un progreso más, sino que da a este emporio comercial el sello que le faltaba, extiende su benéfica influencia a toda la República y alcanza con sus favores hasta las repúblicas vecinas
C. Pellegrini, Discursos y Escritos, p. 51 (Buenos Aires: Martín García, 1910)
En 1908 el puerto no bastaba para satisfacer el creciente tráfico marítimo, y se autorizó la ampliación del puerto; las obras permitieron desplazar diariamente unas 30.000 toneladas de cereales, la principal exportación de Argentina en el llamado modelo agroexportador, pero la necesidad de realizar obras complementarias para permitir un desarrollo ordenado se hacía patente. En 1911, siguiendo el proyecto de Luis A. Huergo y dirigidas por Richard Souldby Oldham, de Walker & Co., comenzaron las obras del Puerto Nuevo, que insumirían 15 años. Éste sumaría cinco dársenas más, y luego una sexta, a la infraestructura existente; a fines de la década del '20, era el puerto de Buenos Aires el mayor de América Latina y de todo el hemisferio austral.


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